5 de junio de 2010

El cerebro está para pensar y la boca para preguntar.

Hasta hace muy poco estaba convencida de que la controversia sobre los velos "islámicos" estaba justificada, y que era lo suyo destaparse la cabeza al entrar a un lugar cerrado, que es lo que me han enseñado mis educadores durante toda mi vida.

Un día todo cambió. Ese día fue aquél en el que oí hablar a una chica que lleva velo.

Afirmó que ella no tenía por qué enseñar el pelo a nadie que ella no quisiera. No le oí decir nada sobre alá, ni el corán, ni su padre.

¿Hasta qué punto el velo es algo religioso o algo cultural?

Está más que claro que la religión es algo que influye incisivamente en las culturas,
pero eso no significa que todo aquello que nos diferencia tenga motivos religiosos, y menos hoy en día, viviendo en una sociedad en la que cada vez estamos más deshumanizados y tenemos menos valores y principios. Sin embargo, para muchas mujeres que creemos islámicas por el simple hecho de llevar velo, esto no tiene nada que ver con la religión.

Me gustaría preguntarles a ustedes, principalmente mujeres, qué sucedería si visitaseis u os mudaseis a un lugar donde habitan personas con estas indumentarias:






Perfectamente respetaríais que es
tas mujeres enseñen las tetas, pero os sentiríais muy humilladas si os vieseis obligadas a enseñar una parte de vuestro cuerpo cuya muestra reservais a personas y a momentos muy íntimos (Y lo mismo se pueden plantear los hombres sobre sus penes). No sé si les iba a molestar mucho o no que llevaseis estúpidas camisetas y sujetadores cristianos, porque así es cómo pensamos del velo, ¿no?.

En cada cultura, aquello que se estima íntimo varía. Esta chica que cambió mi opinión quizá no fuese musulmana, pero tiene la cultura de un país musulmán y ella solo le enseña el pelo a su novio. Para ella su pelo es como para mí mis pechos. No es difícil de entender.

Hasta hace no mucho tiempo, las mujeres acudían a la iglesia con la cabeza tapada, e incluso hoy en día, muchas mujeres no enseñan sus piernas jamás, otras no llevan nunca escote... y eso no nos parece extraño porque pensamos que es elección de cada uno poner el límite de hasta dónde enseña. Entonces ¿por qué nos molesta que alguien no nos quiera enseñar el pelo? ¿Y si un dia una chica entra en una clase con velo porque es leucémica? ¿Vamos a hacerle pasar la vergüenza de enseñar su cabeza o tener que comunicar a todos que perdonden por llevar velo pero es que estoy enferma? ¿Y si no quiere decirle a nadie que está enferma?

En la cultura occidental lo enseñamos casi todo a todo el mundo, pero como veis, hay culturas en las que aún se enseña más, y ahora lo que nos molesta es que habiten entre nosotros chicas de una cultura en la que se enseña menos. Estoy de acuerdo en que hay casos en los que llevar el velo es una obligación religiosa (como, no obstante, sucede también con el cristianismo incluso hoy en día), pero en otros casos esto no es cierto.

Como este blog se centra en cosas curiosas,
lo curioso de todo esto es que ya no sabemos preguntar y suponemos demasiadas cosas. Lo curioso es tener la oportunidad de escuchar a la persona que crea la controversia y deshacerse en pedazos toda tu fundamentación.

¿Cuántas personas, como yo, se han atrevido a opinar sobre el velo islámico sin saber nada sobre él (excepto lo que nos hace tragar la tele, claro)?

21 de mayo de 2010

Comida de muerte

Si Arcimboldo cogiese de nuevo la paleta y el pincel no tendría más remedio que pintar retratos tan feos como este. Jamie Oliver, chef británico, se ha tomado muy en serio a la comida basura, tan enserio que está liderando la "revolución de la comida" para acabar con ella en Estados Unidos, pues él piensa que si cambia la actitud de los estadounidenses, su cambio será copiado por británicos, alemanes, chinos, indios...

Jamie abre los ojos a los americanos al echarles en cara la paranoia
que sufren acerca de los asesinatos, el terrorismo... cuando la primera causa de muerte, con creces, es la obesidad y las enfermedades relacionadas con ella, como la diabetes.
Aquí tenéis un par de diagramas, uno de 2000-2005 y otro más reciente de 2008 en el que el tabaco supera a la obesidad como causa de muerte:





























Durante un tiempo, trabajó en la ciudad más gorda de EEUU, Hungtington, concienciando a los padres de que la comida que ofrecían a sus hijos conseguía que su esperanza de vida se redujese en nada menos que 10 años; escuchando al párroco, preocupado por la frecuencia con la que tiene que enterrar a personas cuyos ataudes son de 1,70 x 1,70 m2; descubriendo que casi nadie sabe cocinar.


Además de en el hogar, Jamie encontró que en los colegios, donde los niños comen dos veces 180 días al año, los hábitos alimentarios y la comida ofrecida no hacen sino empeorar la situación.
Jamie no comprende cómo los niños tienen tijeras en clase pero no disponen de tenedores y cuchillos en el comedor por ser objetos peligrosos. Así se consigue que los niños solo coman cosas con las manos: pizza, perritos, hamburguesas, patatas, pastelitos.... Y denuncia la permisibilidad que existe con los proveedores, cuyos productos están procesados hasta el punto de perder el nombre de alimento, añadiendo una cantidad de azúcar que al cabo de un año iguala a la capacidad de una carretilla de obras.

Jamie, en el transcurso de uno de sus estudios, muestra en un colegio a un grupo de niños verduras y hortalizas. Al mostrarles unos tomates, ningún niño sabía qué tenía delante, excepto uno, que se atreve a admitir que son patatas. Ante una col, la respuesta es la misma, y ante rábanos... Los niños no saben lo que es la comida de verdad. Las cosas que comen tienen formas y colores extraños que carecen casi de relación con los productos de los que, se supone, proceden.
De este modo, ningún niño comerá nunca tomates, o patatas, o nada de eso que sale de la tierra porque sencillamente no saben que son para comer.


El deseo de Jamie Oliver


“Deseo vuestra ayuda para crear un movimiento fuerte y sostenible para educar a todos los niños sobre la comida, animar a las familias a cocinar de nuevo y dar poder a todos para luchar contra la obesidad."

Alucinantemente triste.


Para quien quiera saber más:

http://www.tedprize.org
http://www.jamieoliver.com

Fuente de los diagramas:http://www.stpeteforpeace.org/

15 de abril de 2010

Irracionabilidad predecible


"Malas o inexplicables decisiones son inevitables, como la muerte y los impuestos" Dan Ariely.

Dan Ariely, "economista del comportamiento", se dedica a realizar estudios sobre el racionalismo humano, desmintiendo las teorías de los economistas sobre que ésta se encuentra en cada una de nuestras decisiones.
Brevemente contaré lo que expone en la
presentación de su libro "Predictably irrational".

Tras hacernos conscientes una vez más de que el humano (incluso tra
s conocer que su deficiencia visual le obliga a crear y creer ilusiones ópticas, incluso tras ser conscientes de que lo que vemos no es como es, no dejamos de pensar en que es como lo vemos) siempre cae en la misma trampa, nos abre los ojos sobre cómo tomamos nuestras decisiones.

Dando un salto, Dan se hace preguntas sobre los datos del porcentaje de donación de órganos en países europeos. ¿Es cuestión de cultura? ¿religión? ¿de si se trata de una sociedad individualista o no? mmmm, no. En este gráfico vemos como en países vecinos con culturas muy similares existen tendencias bien distintas.

La solución para conocer el porqué de estas decisiones
está en el modo en que se hace la pregunta al ciudadano.
En los países que vemos en la izquierda, y que apenas donan
órganos, se les pregunta si quieren ser donantes. En los países que vemos en la derecha, se les pregunta si NO quieren ser donantes.

Lo que para Dan esto significa en realidad es que todos los días nos enfrentamos a muchas decisiones que no sabemos tomar, quizá porque nunca hemos pensado sobre ello (y menos sobre nuestros órganos, que es algo que no necesitamos una vez muertos).

Según los economistas, el coste de marcar la casilla con el boli es mayor que el posible beneficio de la donación para uno mismo, sin embargo, no marcar la casilla no es síntoma de que la pregunta no nos importe sino de que no sabemos qué elegir, y sino, mirad de nuevo los porcentajes: casi nadie marca la casilla. Entonces creamos la ilusión de haber decidido, pero quien ha decidido es quien hizo la pregunta, quien determinó que dejarla en blanco es un sí o un no.

Un ejemplo más fácil es el de dos opciones, totalmente distintas, pero que nos atraen por igual.
Para entenderlo, primero disponemos de tres opciones que son:

Vemos que, entre la opción online y la impresa hay una opción que suma las dos, entonces somos capaces de ver que merece la pena la opción que contiene las dos versiones, y sucede que:

Como nadie quiere la opción impresa, se elimina, y sucede lo siguiente:

Según Dan, cuando tenemos una tercera opción inútil es cuando realmente pensamos qué queremos o qué nos conviene. En este caso, ver que tener las versiones impresa y online cuesta lo mismo que solo impresa hace a esa opción muy apetecible, parece una buena inversión. Al desaparecer la opción tercera que nos permite comparar, nuestros esquemas se rompen (o mejor, no llegan ni a montarse).


Y lo mismo sucede con la atracción física.
Se pregunta a chicas con cuál de los dos chicos, Tom o Jerry, tendrían una cita.
Si solo mostramos las caras originales de Tom y Jerry, a las chicas les cuesta decidirse. Sin embargo, las chicas a las que se les muestra al hermano feo de Tom, eligen a Tom sin dudar, y a las chicas a las que se les da a elegir también al hermano feo de Jerry, eligen a Jerry.


En fin, alucinante el estudio de Dan Ariely.
Para ver la charla (en inglés, puede verse con subtitulos)
: http://www.ted.com/talks/dan_ariely_asks_are_we_in_control_of_our_own_decisions.html